Charlie, Charlie
El mundo de hoy se encuentra en un gran problema por la información excesiva que se da a la gente, de manera especial por el exceso de información que se da a los niños. No pretendo hacer una crítica al sobre exceso de información, en detrimento de las capacidades intelectiva y la capacidad de realizar un juicio de forma libre. Quiero hablar de cuestiones que los más pequeños reciben a través de internet y no deberían ver nunca, entre ellas me refiero al juego: Charlie, Charlie.
Estos juegos, vinculados con el ocultismo, lo preternatural, etc llegan a través de las redes sociales a los más pequeños, los cuales no tienen ningún criterio para discernir si es bueno o malo, no tienen criterio para discernir si es un juego, o es algo mucho más serio. El problema que conlleva este tipo de pseudo juegos no es tanto que cierta entidad se haga presente cada vez que uno realiza una sesión de este tipo, lo realmente malo, es que la persona que realiza esta actividad esta invitando al demonio o alguno de esos seres malignos que andan por el mundo a entrar en su alma. El demonio es como un león rugiente encerrado en una jaula, mientras permanezca en esta jaula el león no puede hacernos ningún daño, pero este tipo de juegos, que tienen un contacto con lo preternatural, son una forma de abrir la jaula a ese león y darle paso a nuestra alma. Esto no significa que el demonio quiera pasar, en algunas ocasiones pasará y en otras no, lo más posible es que estos juegos no acaben con ningún tipo de posesión, quizá una infestación (luces que se apagan y se encienden solas, pesadillas, etc)
La fuerte divulgación de este tipo de juego (que insisto no es cuestión de discernir si es cierto o no, si los lápices se mueven solos, o no, sino que lo que hay que entender es que mediante este juego se invocan a espíritus malignos, y esos espíritus se manifiesten o no en el juego, tienen vía libre para luego atormentar a las personas que han practicado el juego), hace que los más pequeños se animen, sin ningún tipo de criterio, a realizar sesiones de espiritismo, mediante el juego de Charlie, Charlie, sin saber lo que están haciendo. Quizá al quedarse a dormir en casa de unos amigos, la noche se considere un momento idoneo para hacer este juego. El exceso de información, que hasta cierto punto, es inevitable, dado el mundo en el que vivimos, ha de contrarrestarse con una fuerte formación de los padres. La fuerza sin control no sirve para nada, pues haciendo un paralelismo con esta frase, se podría decir, la información sin criterio no sirve para nada. Los padres son los encargados de dar criterio a los hijos sobre estas cuestiones, no podemos esperar que en el colegio les expliquen estas cosas.
Por tanto, cómo conseguir que mi hija o mi hijo no se acerque a jugar a estas cosas, es decir cómo prevenir estos ataques malsanos de curiosidad que tienen los niños y jóvenes con estas cosas. La respuesta es doble, tiene que haber una actitud por una parte pasiva y por otra activa:
- La pasiva: Tener un control del uso que hace mi hijo con internet. Lo ideal es que los niños no tengan perfil de facebook, o de redes sociales, pues a parte de ser un peligro (muchos pederastas engañan a niños por medios de estas redes) y en ellas no se pueden poner filtros, la gente pone en su muro lo que quiere y tu hijo lo puede ver, en estos días, por ejemplo, el facebook, se está llenando de vídeos en el que se muestran sesiones de Charlie, Charlie, un niño, que tiene perfil de facebook, y ve estas cosas, puede intentar emular a estos otros. Digo que esta postura es pasiva, porque se trata de que el niño deje de hacer algo, es decir, que deje de navegar en internet. El uso de internet no puede ser pasar el tiempo, tiene que ser una herramienta de trabajo. Sin embargo, para los padres es activa, porque requiere una supervisión. Y el peligro, por no haber esta supervisión, no sólo es que el joven se pueda encontrar con cosas de carácter preternatural, sino que la curiosidad le puede llevar a acceder a páginas pornográficas, que pueden acabar por destrozar su afectividad, y hacerle arrastrar durante muchos años, una lacra muy fuerte, que poco a poco irá destrozando su capacidad de amar.
- La activa: La fase activa del padre consiste en dar, NO INFORMACIÓN, SINO FORMACIÓN, la formación con la que gestionar la información que inevitablemente le va a llegar. Y en el momento que detectemos que se hace viral algún video de este tipo, como el de Charlie, charlie, hablarles sobre el tema, y darles un criterio de actuación.
Pero , ¿Qué ha de hacer el padre o la madre que detecta que su hijo a realizado una sesión de espiritismo, ya sea el Charlie, Charlie, la guija, o cualquier otro? Si tu hijo te confiesa que ha hecho alguna vez una de estas prácticas, aunque diga, «eso es mentira, yo lo he hecho y no pasa nada», por ejemplo, lo mejor es llevarlo a algún sacerdote para que haga alguna oración sobre él para liberarlo de posibles infestaciones que haya podido tener. Es posible que si tu hijo ha hecho estas sesiones tenga pesadillas, se levante a media noche llorando…, si el chico nos confiesa que ha realizado esta actividad no tardemos en llevarlo a un sacerdote. Naturalmente tampoco caigamos en la exageración de pensar que todas las pesadillas que un niño puede tener, serán causadas por haber jugado a esto, evidentemente, pero es importante que los padres hagan de padres, y estén pendientes de estas cosas.
No quiero alargarme en exceso, simplemente quiero advertir de los peligros que estas cosas conlleva y cómo debemos prevenir, y en caso de no poder prevenir, porque alguno de mis hijos ya ha jugado, qué debo hacer. Tampoco quiere es el objeto de este pequeño artículo explicar, si es cierto o no que alguna entidad se manifiesta por aquí o no, eso ahora no importa, lo que es real son los peligros que pueden venir por la práctica de estos pseudo juegos.
Y recuerden: La información, sin formación, no sirve para nada.
Marcos Vera Pérez
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