La Verónica de Hellín
Juan Carlos Ramírez Serrano, cumplió diecisiete años el pasado Jueves Santo. Natural de Hellín, provincia de Albacete; hace cinco años vino al Seminario con la ilusión de seguir los pasos de Cristo; fue invitado por su prima que conocía el lugar. Hace dos años, preparó, junto con Mario, otro de los chicos, la Pasión de Cristo, escenificada alrededor del monasterio. Este año, con más colaboración, más tiempo y más ímpetu volvimos a representar el misterio de la Redención. Gracias a este evento, se me ocurrió dedicar los puntos de meditación de la mañana, que tenemos todos los días, a recorrer los diferentes personajes de la Pasión.
Con intención de que cada uno elija el que ha representado hasta ahora, y cuál cree que debería ser pensaba escribir estas líneas. Sin embargo, se cruzó en mi camino el “Redoble 2011”; un precioso libro que edita el pueblo de Hellín, con motivo de su Semana Santa. Juanki, como llaman aquí al muchacho, me iba explicando lo que podía verse en hermosas fotografías.
El Viernes Santo participa en la procesión del Calvario, el paso de la Verónica. Es una imagen esbelta y hermosa, con el pelo recogido en un moño de picaporte como las hellineras llevan cuando visten el traje regional. Uno de los lienzos –me dice el chico- fue pintado por José Ángel, su padre. Una gran cinta blanca bordea la cabeza de la Verónica, pero el Viernes Santo solamente le baja por un lado, dando a entender que la otra parte la rasga para limpiar el rostro a Cristo.
No servía de mucho. Jesús seguiría sudando, seguiría sangrando y le seguirían escupiendo; pero Él le regaló la estampa de su cara. Aunque solamente sea un momento, aunque te parezca que sirve de poco: consuela a los demás, consuela al Señor. Él te lo pagará, no se deja vencer en generosidad.
Después pasa el Nazareno, busquen ustedes en toda España, otro nazareno que mire al Cielo… Sí, es cierto, lleva la Cruz pero mira hacia Dios. También pasa la Soledad, con una orquídea en la mano, que no lleva todos los años. Solamente la coge cuando algún nuevo cofrade se ha inscrito en la Cofradía, es decir, cuando alguno de los ya inscritos ha tenido un hijo. Es hermoso, que la nueva vida, le alegre el camino a la Virgen María.
Quisiera terminar explicando que, un Domingo de Pascua, hace ya muchos años, en el paso de la Santa Cruz, se añadió la imagen de la Virgen de la Amargura, añadieron una Cruz. De una piñata con los colores de la bandera de Hellín, azul y blanco, sueltan palomas… Pues bien, dos de ellas se colocaron en la Cruz y estuvieron allí hasta que el paso entraba en la Iglesia. Desde entonces dos palomas están incluidas en la hermosa escultura. Son detalles hermosos que salpican la Semana Santa de nuestras tierras, que la hacen, además de santa, entrañable. Tengamos también detalles con Jesús, con Juanki y con todos los que el Señor ha puesto a nuestro lado en la vida.
P. Antonio María Domenech, mcr y Juan Carlos Ramírez
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