Han pasado las cinco de la tarde del día 11 de octubre de 2012. Saliendo de casa de Mari Carmen, después de haberle ofrecido las clases de repaso para su hija pequeña y haber conversado un rato, voy hacia la Iglesia de Pinarejo. Allí llegan un buen número de mujeres porque hay zafarrancho de limpieza en la sacristía. Armarios por encima, cajones por dentro (“nunca los habíamos sacado”, dicen algunas), preciosos ornamentos que, después de Misa, empezaron a desfilar hacia las casas. Aquí un pespunte, para todo un lavado, esto hay que plancharlo… Parece que no hemos hecho nada y a las nueve de la noche, volvemos a Santa María de Campo Rus, mi nueva tarea pastoral, junto con tres pueblos más y una residencia de ancianos. Leer más →