Santa María de los largos silencios
Ya sé, Madre, que eres venerada bajo la expresiva advocación de Virgen del silencio. Yo, después de contemplar tu vida en las escasas secuencias que sobre ella nos transmiten las Fuentes Evangélicas, prefiero invocarte como Santa María de los largos silencios. ¡Hermosos silencios los tuyos tan ejemplares y pacientes, tan delicados y sugeridores, tan llenos de persuasiva edificación¡ Cada uno de tus admirables silencios es una ventana iluminada de tu alma privilegiada, por la cual admiramos tu embelesante interioridad virginal, maternal y esponsalicia. Leer más →