Anunciar a Cristo con Santa María
Son palabras textuales de Juan Pablo II en su Carta apostólica sobre el Rosario, que ha enriquecido incorporando a los quince misterios otros nuevos cinco, llamados con acierto «luminosos». No se trata de ver en la práctica devocional del Rosario Mariano como un eficaz instrumento apostólico al servicio del Evangelio. El Magisterio eclesiástico ha insistido en estos dos aspectos esenciales y complementarios. Al rezarlos nos renovamos interiormente y nos santificamos. Pero también ayudamos a la transformación del mundo y a la conversión de tantos hermanos nuestros alejados de la Iglesia que yacen con frecuencia «en tinieblas y sombras de muerte» (Lc 1,74)