¿Te confiesas bien?
Cuando nos bautizamos, el pecado original es borrado totalmente de nuestra alma, si bien es cierto que queda la marca de la concupiscencia, que son esas tendencias hacia el mal que tenemos, causado por la presencia pretérita del pecado original, si consentimos en estas tendencias malas, pecamos, y nuestra alma queda manchada nuevamente con el pecado, ante esta situación el cristiano ha de acercarse al sacramento de la confesión, del perdón de los pecados.
El bautizado, que después de su bautizo ha cometido un pecado mortal, esta en peligro de condenación eterna y debe recurrir lo antes posible al sacramento de la misericordia, que nos devuelve la gracia santificante, y nos pone en amistad con Dios nuevamente.
Para confesarse bien son necesarias cinco cosas:
1. Examen de Conciencia. Que consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido desde la última confesión.
2. Dolor de los pecados. Que consiste en sentir sincero dolor de haber ofendido a Dios; y detestar el pecado (Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios)
3. Propósito de enmienda. Que consiste en decidirse firmemente a no volver a pecar; en estar dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
4. Decir los pecados al confesor. Que consiste en decirle al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto en el examen de conciencia.
Estructura de la confesión
Ave María Purisima
Sin pecado concebida
Padre hace tantos (días, meses, años) que no me confieso y me arrepiento de: (aquí se dicen los pecados cometidos al sacerdote)
El sacerdote te da unos consejos, y te impone una penitencia (la penitencia ha de ser concreta, rezar tantos padrenuestros, o avemarías, etc)
Mientras el sacerdote te da la absolución de tus pecados, en voz baja reza esta oración:
Señor mio, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois, Bondad Infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pasa porque podéis castigarme con las penas eternas del infierno, ayudado de vuestra divina gracia, propongo nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. AMEN
En el momento que el sacerdote dice: Yo te absuelvo de tus pecado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, te santiguas y dices AMEN
5. Cumplir la penitencia. Que consiste en cumplir la penitencia que nos impone el sacerdote, con la intención de reparar los pecados cometidos. Es obligatorio cumplir la penitencia, porque es parte del mismo arrepentimiento.
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