El Corazón dolorido de una Madre
Al cumplir los doce años un niño judío comenzaba a ser «hijo de la Ley» con plenos derechos y deberes religiosos, entre ellos la obligación de peregrinar a Jerusalén tres veces al año (Ex 23,14). En esta ocasión, Jesús subió con sus padres a Jerusalén para cumplir con la Pascua cuyas fiestas duraban ocho días. Para quienes procedían de regiones lejanas venía muy bien un tiempo de reposo después de intensas caminatas. Al día siguiente de finalizar la Pascua se iniciaba el regreso de las caravanas siguiendo la técnica oriental de los viajes largos; punto de reunión, hora de partida y parada para el descanso nocturno.