Un sacerdote que «hace lío» de verdad
Llegaron sin que nadie supiera a qué venían. Ayudaban a Misa, cantaban, rezaban, jugaban o tomaban una copa si hacía falta. ¿De dónde han salido? Se preguntaba la gente el primer año. Esta vez ya no. Se celebraba una Misa en el altar del Sepulcro por todos los difuntos de la Hermandad. La Semana Santa del pueblo ha sido un pilar indispensable para mantener la Fe de sus gentes durante muchos años. Una semana en que vuelven los que, con dolor, tuvieron que dejarlo todo y salir a buscar el pan de cada día. Lejos se casaron y se quedaron allí. Sus vidas han cambiado pero… siempre vuelven. A rezar, a ver a los suyos y, sobre todo, a enterrar a sus muertos, en la tierra que los vio nacer. Porque esa tierra fue parte de la Fe de nuestros padres, por la que muchos luchamos cada día en este nuestro pueblo, contra dificultades, inconvenientes, como todos, cada uno allá donde viva.