El papa Francisco deja caer unos comentarios a favor del aborto
Y el gobierno español al completo se retira una semana para practicar Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola antes de las próximas elecciones, con el fin de meditar ante nuestro Señor Jesucristo los fallos cometidos durante esta última legislatura.
A este juego de inventar titulares podemos participar todos. El Papa Francisco no apoya el aborto, igual que no apoya que otros digan que lo hace. El Papa Francisco no ha cambiado ninguna doctrina en referencia al matrimonio homosexual, ni la cambiará, simplemente continúa diciendo lo que nos dice el catecismo desde siempre: “Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2358). El Papa Francisco tampoco ordenará a mujeres como sacerdotes, y por tanto, tampoco lo hará como obispos, lo único que hace el Santo Padre Francisco es recordar la importancia del papel de la mujer en la Iglesia, que sin duda es un papel relevante. El Papa Francisco tampoco piensa que todo el mundo va al cielo, sino que como católico que es también cree en la existencia del infierno y en la existencia del Maligno, de Satán. El Papa Francisco no va a cambiar la Iglesia, pues para empezar ésta no es suya, sino sólo su cabeza visible y su máxima autoridad en esta tierra, infalible en cuestiones de moral, tradición de la Iglesia y de verdades de fe, la Iglesia es Jesucristo extendido por toda la tierra, difundido por todo el orbe. Los cambios que esperan los que inventan titulares nunca llegarán. Sin embargo, el Papa Francisco estamos seguros que va a cambiar la Iglesia, en aquello que la Iglesia puede cambiar, en cuestiones accidentales, pero éstas son de vital importancia. Éstas son, aunque parezca una contradicción en los términos, en cierta manera esenciales.
El Papa Francisco puede lavar la cara a esta Iglesia, ponerle una sonrisa, puede conseguir que los cristianos vuelvan a creer con firmeza la verdad que la Iglesia profesa, pues son muchas las confusiones de carácter doctrinal que existen entre los cristianos de a pie, e incluso entre algunos sacerdotes. Puede conseguir, que con su predicación y su ejemplo, la fe no sólo vuelva a estar unificada entre todos los creyentes, enseñando el magisterio tradicional, sino que vaya unido a un acto de humildad y misericordia, de amor y esperanza, volviendo a la fe con un corazón nuevo, lleno de Amor de Dios. El Papa Francisco puede conseguir que los pastores sean más cercanos, más bien preparados, tanto intelectual como emocionalmente. Pero debemos tener una cosa clara, todo esto no se conseguirá de repente, como por arte de magia, sino que los únicos que pueden llevar a cabo esta obra son Dios y cada uno de nosotros. Dios dándonos su gracia, que sabemos no nos faltará nunca, y nosotros tomando la firme decisión de caminar por la senda de la santidad. La Iglesia necesita santos para ser cambiada, el Papa Francisco no necesita estadistas, animadores, gente bien para cambiar el rostro de la Iglesia, el Papa necesita Santos.
Seguro que este titular no sale en ningún medio, pero no hay más camino, el Papa necesita SANTOS. Si queremos colaborar de lleno en este pontificado tenemos que ser santos. Si queremos ser útiles a la Iglesia tenemos que ser santos. Si queremos ser simplemente hombres de nuestro tiempo, la Iglesia no cambiará, si queremos simplemente ser buenos, la Iglesia no cambiará, si queremos ser simplemente hombres sensatos, la Iglesia no cambiará. Quizá alguien tenga muchas quejas de la Iglesia, o del cura de su pueblo, dejemos de buscar el problema afuera, el problema lo tenemos en casa, el problema lo tenemos en el corazón, pues quizás no lo hemos entregado totalmente a Dios.
Marcos Vera Pérez
presidente Jóvenes de San José
El título es verdaderamente impactante. Me ha dejado perplejo. Pero al leerlo (esa es tu intención con el título, ¿eh marcos?), digo pues que al leerlo he visto que es uno de los mejores artículos sobre este milenarismo que parece envolvernos, con augurios de fin de los tiempos, contra la persona del Santo Padre, con profecías y profecías, entradas muchas veces con calzador, sobre hechos actuales en relación con el Santo Padre Francisco. No me extiendo más. Felicidades por el artículo y ¡Viva el Papa! ¡Viva Cristo Rey!
Muchas gracias Antonio por tus palabras.