Papa: No hay que vivir persiguiendo la revelación de videntes
El papa habló en la homilía de la Misa de Santa Marta el día 9 de junio, sobre la identidad cristiana, lo hizo a raíz de la lectura de la carta a los Corintios de San Pablo.
Ponemos a continuación algunas frases para poder llevar a la meditación propia, que el Papa dijo durante esta homilía.
- Está el pecado y el pecado nos hace caer, pero nosotros tenemos la fuerza del Señor para levantarnos y seguir con nuestra identidad. Pero diría -continuó- que el pecado también forma parte de nuestra identidad: somos pecadores, pero pecadores con la fe en Jesucristo. Y no es solo una fe de conocimiento, no. Es una fe que es un don de Dios y que nos llega de Dios. Es Dios mismo el que nos confirma en Cristo. Y nos ha conferido la unción, nos ha impreso su sello, nos ha dado las arras, la prenda del Espíritu en nuestros corazones. Es Dios quien nos da este don de la identidad.
- Es ser fieles a esta identidad cristiana y dejar que el Espíritu Santo, que es la garantía, la prenda en nuestro corazón , nos lleve adelante en la vida.
- Dos caminos peligrosos:
- Primero está el pasar del testimonio a las ideas, diluir el testimonio. ‘Eh, sí, soy cristiano. El cristianismo es esto, una idea bonita. Yo rezo a Dios’. Y así, del Cristo concreto, porque la identidad cristiana es concreta, (lo leemos en las bienaventuranzas; esta concreción está también en Mateo 25: la identidad cristiana es concreta,) pasamos a esta religión light, aérea y que va por el camino de los gnósticos. Detrás está el escándalo. Esta identidad cristiana es escandalosa. Y la tentación es: ‘No, no, sin escándalos’”.
- Otro camino para ir hacia atrás en la identidad cristiana es la mundanidad: “Ampliar la conciencia para que entre de todo”. ‘Sí, nosotros somos cristianos, eso sí…’ No solo moralmente, sino humanamente también. La mundanidad es humana. Y así la sal pierde sabor.
El Papa hizo también unos comentario que parecen aludir a las apariciones en Medjugorje:
- “La cruz es un escándalo”, y por tanto hay quien busca a Dios “con esta espiritualidad cristiana un poco etérea”, “los gnósticos modernos”. Después, advirtió, están “los que siempre necesitan la novedad en la identidad cristiana” y “han olvidado que fueron elegidos, ungidos”, que “tienen la garantía del Espíritu” y buscan: ‘¿Dónde están los videntes que nos cuentan hoy la carta que la Virgen mandará a las 4 de la tarde?’¿Por ejemplo, no? Y viven de esto. Esto no es identidad cristiana. La última palabra de Dios se llama Jesús y nada más”.
De todas formas, esto no es ninguna sentencia pontificia, en el sentido fuerte de la palabra, en contra de nada. En otro artículo hablaremos de estas declaraciones del Santo Padre.
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