La evolución y Dios
En Europa existe aún un ateísmo científico militante que no puede ignorarse. La polémica sobre el darwinismo toca el corazón de la cuestión. Poner en duda una cierta visión evolucionista, que se ha atribuido la capacidad de explicar totalmente quienes somos, significa verse obligados a readmitir la existencia de una concepción divina que se creía haber rechazado de una vez por todas. El evolucionismo como ideología acaba en el absurdo.
En la evolución hay saltos que no se explican sin un proyecto: por ejemplo el paso de la no-vida a la vida, o del aglomerado de materia a la subjetividad. Estos saltos no se explican sin un diseño inteligente. Nosotros mismos no sabemos quiénes somos si antes no sabemos quién es Dios. Si Dios no existe, no podemos ni pensar. Si Él no existe, entonces nuestro intelecto es sólo un producto de la casualidad, y en consecuencia no puede reconocer la verdad. Explicar la eterna esencia de cada verdad presupone admitir la existencia de Dios.
Robert Spaeman
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