Tengo sed de Dios
La salida de reparto de alimentos de la noche del 13 de junio, empezó con la consagración de toda la asociación a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Representantes de Jóvenes de San José, Hijos de San José y de la Familia de San José estaban presentes y consagraron esta pequeña asociación a los divinos corazones. Fue para nosotros un momento muy especial. Han pasado unas cuantas horas de esa consagración y Jesús y María ya están inundándonos con sus bendiciones.
Después del acto de consagración, como es habitual nos dividimos en diversos grupos, y salimos por las calles de la ciudad en busca de los cristos crucificados en el abandono, en la soledad. Esta noche los pobres estaban especialmente atentos, estaban especialmente receptivos a lo que les decíamos, se veía que tenían sed de Dios.
En Plaza Catalunya pudimos ver a nuestros hermanos necesitados, son los habituales, son hermanos que desde hace varios años vienen los sábados a vernos, es casi un compromiso para ellos, unos de estos hermanos, se acerco para decirme que iba a estar unos día fuera y que no podría venir a Plaza Catalunya durante las próximas dos salidas. Otra hermana vino a ofrecerse como voluntaria para ayudar en el ropero. Es como una familia, otra hermana me vino con un curriculum para ver si le podíamos conseguir trabajo. Una amiga suya, que también viene a pedir comida a Plaza Catalunya ha empezado a trabajar, gracias al proyecto Trabajo y Dignidad que iniciamos en enero, gracias a este programa hemos podido dar cerca de 25 puestos de trabajo en lo que llevamos de año. Esperamos con el tiempo poder dar más puestos de trabajo, pero para poder hacerlo necesitamos más empresas que quieran ayudar a nuestros hermanos.
Las tercera ruta, que va por cajeros, encontró también a muchos hermanos durmiendo en la calle, muchos hermanos necesitados que tenían sed de Dios. Se acercan a un cajero, llaman a la puerta y la persona que duerme dentro les abre, tiene ganas de hablar, de pasar un tiempo con compañía, quiere oír hablar de Dios, necesita oír hablar de Dios. Parece que no tienen nada, sin embargo, tienen una gran capacidad de amar, tienen una gran capacidad de acercarse a Dios.
La segunda ruta, va a la estación del norte, es un poco más complicada, en la estación del norte te encuentras otro tipo de personas, a veces más violentas, aquí intentamos llevar a personas más bien adultas, para que los más jóvenes no tengan problemas con ellos, son los hijos de San José, sobre todo los que van a la segunda ruta, normalmente no pasa nada, pero más vale prevenir que curar. Podríamos dejar de ir, pero hay muchos que nos esperan, que quieren que vayamos, y no podemos dejar de ir por ellos, porque allí también nos espera Cristo.
Aprovechamos este escrito para animarte a venir a la salida, el día 27 de junio volvemos a salir a las calles, volvemos a buscar a Cristo, no te quedes en casa, sal y haz algo por los hermanos que te necesitan.
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