«He perdido mi pelota»
Venía de un viaje largo con el coche, era domingo por la mañana, había dormido poco y pensé hacer un poco de siesta…No había cerrado el segundo ojo cuando un aldabonazo de mi puerta me hizo levantar. Voy hacia la puerta y veo un niño pequeño que me dice: – Escolti, mossén, he perdut la meva pilota al seu pati, que podria buscar-la? ( Escuche padre : he perdido mi pelota en su jardín, ¿ podría buscarla ? )
En medio de Castilla-La Mancha, un niño pequeño, en catalán, me estaba pidiendo que no durmiera la siesta. Cogimos una escalera, me subí al olivo del patio, miré encima de la uralita, subimos al segundo piso…nada, allí no había pilota de ningún tipo. El niño estaba seguro porque la vio entrar desde la calle por encima del muro. Como vi que se quedaba triste, » Como no hemos encontrado la pelota, por lo menos te haré un regalo: un escapulario de la Virgen del Carmen». Se lo impuse, lo despedí y volví a tumbarme.
No habían pasado ni tres minutos y volvió a sonar la puerta. Siesta eliminada, pensé. Seguro que es la mamá del nen de la pilota que viene a buscarla de nuevo. Sí, era la mamá, pero emocionada me dijo: «Mire, mi abuela era de la tercera orden del carmen» y cuando he visto el escapulario me he emocionado tanto que vengo a darle las gracias; por otra parte, quería decirle también que mi hijo no esta bautizado y quería bautizarlo aquí en el pueblo; ¿qué debo hacer?»
Bendita siesta que no dormí, bendita pilota que no encontré aquel día, porque como era de esperar, la pelota apareció a los 4 días, pero aquella tarde debía estar escondida porque había que bautizar a un niño . Sí, se apuntará cerca de su casa a catequesis y el año que viene, Dios mediante, hará su Primera Comunión el día del Corpus, tras haberse bautizado. Vendrá su familia desde lejos para asistir a tan hermoso acontecimiento. Después me enteré que era la misma familia que había leído el Ave María del mes de mayo y al ver la foto de María Auxiliadora decía: «! Está pasando la virgen por nuestra calle, en el pueblo! »
Es hermoso darse cuenta cómo el Señor va haciendo su labor, sin prisa, y también sin pausa: cómo aumentan mes a mes las personas que asisten a Misa los domingos. Cómo el perdón entra en las casas, cómo personas que no se habla vuelven a mirarse a la cara, a saludare y a hacerse favores, mientras el diablo y sus secuaces. la envidia y la soberbia rabian porque ya no es tan fácil ennegrecer el corazón de aquéllos que están cerca de Dios.
Cerca de Dios como Pilar, que no saludaba a nadie, no sonreía con nadie, porque estaba muy enferma, y cuando llegaba el párroco con la Comunión, porque ya no salía de casa, abría los brazos, sonreía y me daba besos porque sabía que le traía el consuelo y la fuerza de Jesús Eucaristía. Cuando escribo estas líneas acabo de llegar del cementerio. Se ha ido ya, pero nos deja el ejemplo de su fidelidad a la Misa Dominical. a la Misa diaria, al santo Rosario. Si alguna vez no venía es que estaba en el hospital. ! Cuánta fe, cuánta generosidad con sus cinco hijos sacados adelante en tiempo de hambre en Almodóvar, cuánta paciencia con la enfermedad¡.
Pídele a la Virgen del Rosario, Pilar, que esta oración que tantas veces rezaste, vuelva a ser en Almodóvar el alimento y el vínculo de unión de las familias. Que no se pierda en nuestra Patria la oración que la hizo escuela de santidad. ¡Hasta el cielo!
P. Antonio Mª Domenech, mcr
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