La pequeñez de María
Dios ha mirado la «pequeñez» de su esclava. En el Magnificat de la Virgen María, del Evangelio de san Lucas 1,48, proponemos mejorar la traducción, más positiva, de la palabra griega «tapeinosis» (pequeñez)Así lo traducen bien prácticamente todas las biblias, lo mismo las antiguas (por ejemplo la de Nácar-Colunga) como las más recientes (por ejemplo, la Nueva Biblia de Jerusalén y «La Cassa de la Biblia»): «Porque ha mirado la pequeñez de su esclava» (Lucas 1,48). Son biblias editadas «con las debidas licencias de la Conferencia Episcopal Española».
Siguiendo los estudios de Aldama, Pozo, Rafael Pastor y de otros muchos teólogos y escrituras, no parece acertada la palabra «humillación», pues, ¿qué humillación tuvo que pasar la Virgen María antes de nacer su Hijo Dios, cuando canta con gran alegría su Magnificat el día de la Visitación? (María no es estéril, sino virgen), y además san José ama, respeta y protege el misterio escondido de la Virgen-Madre, llena del Espíritu Santo.
En razón del conocido paralelismo hebreo, concuerda más lo siguiente: «Proclama mi alma la grandeza del Señor…porque ha mirado la pequeñez de su esclava». versiculos posteriores (Lucas 1,52), otra palabra con la misma raíz «tapeinous», no la traducimos por «humillados» sino por «enaltece a los humildes». Igual que cuando Jesús dice: «Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón» (Mateo 11,29), se usa la misma palabra griega «tapeinous». En el fondo, Dios ha mirado el corazón humilde de María.
Finalmente, he comprobado que el Papa Juan Pablo II en sus viajes a España no usó jamás la palabra «humillación» all citar ester versículo del Magníficat, sino que emplea otras palabras como la «humildad» de su esclava. Así, por ejemplo, en el santuario de Nuestra Señora de Montserrat, el 7 de noviembre de 1982.
Juan Pablo II, cuando beatificó en Fátima, a los pastorcitos Francisco y Jacinta, dijo en la homilia: «Según el plan de Dios, la Virgen ha venido del cielo a la tierra buscando a los más pequeños, como dice Jesús: Te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla…»
Y el Papa Benedicto XVI, citando este pasaje de san Lucas (1,48), afirma: «Marñia es grande precisamente porque quiere enaltecer a Dios, en lugar de a si misma. La Virgen es humilde: no quiere ser sino la sierva del Señor. El Magnificat es un retrato de su alma, es decir, de lo más profundo de su corazón» (Encíclica Deus Caritas est, 41 y final)
También varios cardenales y muchos obispos españoles dicen lo mismo.
Por todo esto, en honor a la verdad y por amor a nuestra Madre, la Virgen María, preferimos sencillamente una traducción más correcta y positiva de Lucas 1,48, siguiendo el conocido paralelismo hebreo de la Sagrada Escritura: «…la grandeza del Señor» y «…la pequeñez de su esclava».
En verdad, la conciencia de pequeñez de la Virgen María esta totalmente de acuerdo con la doctrina del Evangelio, pues así dice Jesús: «El que se haga pequeño como un niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos» (Mateo 18,4). La humildad siempre da paz y alegría. Esto es lo que deseo para todos. PAZ Y BIEN.
Gustavo Johansson Terry,
sacerdote «Todo tuyo»
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