Alegría que se renueva y se comunica.
El Papa Francisco empieza su exhortación con este título: Alegría que se renueva y se comunica. Existe un riesgo que tiene como origen el carácter individualista de las personas del mundo moderno. Un carácter individualista que nos anima a vivir cómodamente, buscando placeres que nos lleven a la autosatisfacción propia olvidando al hermano, y lo más importante, olvidando a Dios.