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Tengo el mejor concepto de estos jóvenes de Barcelona que no viven su catolicismo en las catacumbas sino que lo sacan a la calle. Lo que me parece estupendo siempre y más en este Año de la Fe.

Es ejemplar su labor acompañando en la noche a los más desamparados de la ciudad, a quienes llevan no sólo un café y un bocadillo sino sobre todo compañía y afecto. De lo que seguramente están todavía más necesitados que del alimento corporal. Hasta han llevado a muchos de ellos en peregrinación a Montserrat en un día para no pocos inolvidable. Esas sí que son verdaderas Obras de Misericordia.

Este año, por segunda vez, organizan una procesión que llevará a la venerada imagen de San José de la Montaña desde la iglesia de Santa María de Gracia a la Sagrada Familia. En esta ocasión no podrá estar con ellos el cardenal arzobispo, que se encuentra en Roma con motivo del Cónclave, por lo que celebrará la misa de clausura del acto el obispo auxiliar.

La procesión tendrá lugar el próximo día 17 y comenzará a las 15.30. Animo a todos los católicos barceloneses que podáis a sumaros a esa manifestación de fe. Acción sin oración no es lo que debemos hacer los católicos y oración sin acción tampoco es lo que nos demanda Cristo.

Últimamente están volviendo procesiones a las calles de una Cataluña tan secularizada. No las dejéis solas.

Por Fernández de la Cigoña

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